
La maternidad en la mujer es una opción, pero, según mi experiencia, esto no siempre es vivido así. Nos educan desde muy pequeñas a ser cuidadoras y nos preparan para una futura maternidad que no siempre es deseada o elegida, este hecho, es lo primero que debes de ser consciente cuando esperas una criatura.
Pues bien, una vez aclarado que, sí, partimos de una sociedad patriarcal, podemos hablar de varias vivencias sobre la maternidad muy distintas y en mi opinión, válidas todas ellas, algunos ejemplos podrían ser; que haya sido una elección consciente y deseada, que simplemente te haya sobrevenido la maternidad y la hayas aceptado, o bien, que hayas cedido a los deseos de otros de ser madre a pesar de que no era lo que tu querías, y un sinfín de posibilidades.
Evidentemente, la primera opción es la más llevadera para lo que vamos a tratar. Cuando se toma una decisión consciente, se es capaz de reflexionar sobre los pros y contras de dicha decisión y, de esta manera, se puede sobrellevar las posibles dificultades que puedan aparecer de la mejor manera posible.
Pero, la primera opción no está libre de la cuestión que planteo en este post, la falta de mirada hacia la madre o hacia la vivencia de la propia maternidad, sea una elección deseada o no deseada.
En consulta, muchas de las recientes madres a las que atiendo están muy centradas en el deseo y bienestar de su criatura, algo que, por supuesto es necesario, pero se olvidan o pasan por alto sus propias necesidades y deseos, cediendo a las exigencias de lo que es ser una “buena madre” según criterios patriarcales, lo que nos hace un flaco favor tanto a las mujeres como a las propias criaturas. En los cursos de preparación al parto, se habla de como ayudar a superar el dolor del parto con ejercicios prácticos, de cómo dar el pecho a tu bebe y del famoso plan de parto deseado (y muchas veces olvidado) por los futuros progenitores o madres (según el caso), pero no se habla sobre la depresión post parto, de cómo hacer con tus sentimientos de frustración cuando dicho plan no se puede llevar a cabo, de cómo puede poner el nuevo miembro de tu familia en crisis tu pareja (en el caso de que la tengas), de tu propia crisis personal, no solo por las hormonal (que están ahí) si no porque no es tan fácil atender 24 horas a un bebé, de cómo lidiar con tu familia de origen o la del otro/a, de cómo cuidarte para poder atender a todo… en fin, en mi opinión, se deja de lado lo más importante.
Por tanto, aquí te dejo unas claves que creo que te pueden ayudar a vivir la maternidad de otra manera, sin culpas ni presiones:
- Escúchate a ti misma, eres la que mejor te conoces.
- Si no sale el parto deseado, no seas dura contigo misma, piensa que no todo se puede controlar.
- Recuerda que el bebé estará bien si tú estás bien, un bebé sano pasa siempre por una madre sana.
- Dar el pecho no es lo más importante, que tú estés bien, lo es.
- Si necesitas espacios a solas permítetelos, estar siempre con un bebe es agobiante.
- Si tienes pareja, habla con ella de tus necesidades y las suyas.
- Pide ayuda si estas criando sola, recuerda, los peques mejor con una Tribu, ya que tendrán referentes distintos donde poder apoyarse.
- Las hormonas son traicioneras, no eres solo tú.
- Piensa, antes de tener al bebé, como vas a hacer con tu familia de origen, y si tienes pareja, con la suya.
- Recuerda que la maternidad no es perfecta, te vas a equivocar.